El atropello policial e institucional está siempre a la orden del día, ya sea desalojando familias, queriendo callar voces disidentes o persiguiendo luchadores sociales, toda persona o colectivo que se interponga o rechace la norma establecida será objeto del aparato represivo. La cárcel como amenaza latente para quienes luchamos por un mundo mejor, más digno y justo, no debe ni debería frenarnos. Salirnos de la postura pasiva o el rol de victima es urgente y necesario, agitemos las aguas para que el miedo cambie de bando. Nos solidarizamos con estas causas y alentamos a manifestarse el viernes 17.
